Me llegó este cuento hace unos días, el remitente no es desconocido y le he preguntado si podía publicar esto que me gusta especialmente. Y como me dijo que sí y que era un cuento bonito pues aquí lo pongo.
"Letras de mirada profunda y ojos cansados de escribir declararon su huelga. Qué pasa que no danzan como antes. Hace tiempo bailaban por la noche; de día brincaban, cantaban y soñaban. Nunca se estaban quietas.
Ahora están quiza un poco cansadas...
Y, ¿será esto malo para las letras? No sé. Tal vez se trata sólo de un entrenamiento. Un cerrar los ojos y escuchar lo que viene de dentro. Un poco también guardarse para ponerse en forma. Y vendrán tiempos en que volverán a danzar como antes.
Hablarán del odio y del amor. Del gozo vivido en soledad y del llanto abrazado por la noche, de sus días en el desierto y sus pisadas en el mar. Del amor perdido y los corazones olvidados, de los buenos amigos y de las tonterías tantas que les hacen reir. De las menudas cosas de cada día porque veintiocho letras son poca cosa, pero muchas las historias que saben contar.
Y es que lo más pequeño, es lo más grande que hay".