- Es el tercero que pierdo...
- Lo sé...
- Pero bueno, Dios sabe más...
Dios sabe más, ¿qué sabe Dios de nuestros sentimientos?, ¿de lo que sufrimos?, ¿de lo que queremos?, ¿lo que pensamos? Dios sabe más... Se me quedó la frase grabada en la cabeza, como repitiéndose una y otra vez, al estribillo... Dios sabe más..., Dios sabe más...
Y lo pedí luego con el corazón, Señor, mitiga el sufrimiento de los que te quieren y te buscan, recibe en tus brazos a los que dejan esta vida para encontrase contigo en el Cielo, olvida nuestros pecados y ofensas diarias, perdónanos porque no sabemos lo que hacemos.
- Dales, Señor, el eterno descanso, y luzca para ellos la luz perpetua.
- Descansen en paz. Así sea...
Que así sea..., que los que se van descansen en paz, y los que se quedan no pierdan la esperanza y reencuentren la alegría...