Erase una vez... una pequeña niña que tenía sueños de ser grande. Convertirse en princesa, vivir en suntuosos palacios, lucir hermosos vestidos y tener un gran corazón eran sus deseos más ardientes.
Un apuesto caballero la esperaba y ella no lo notaba, pero él preparaba palacios, vestidos y su propio corazón para corresponder al gran amor de la pequeña. Era una criatura frágil como el cristal pero nadie lo sospechaba porque se escondía bien detrás de aquél roble que aparentaba ser.
Lloraba sola por las noches y creía que sus sueños nunca se harían realidad. Un buen día el príncipe no aguantó más y le declaró su amor. Aquél beso la dejó sin aliento y lo que era tristeza se fue transformando en alegría. Su rostro no podía disimularlo: era feliz porque su príncipe le tenía preparado todo eso y su corazón se fortalecía más y más junto al de él...
Erase una vez... una pequeña niña que tenía sueños de ser grande..., palacios, vestidos y sobre todo UN GRAN CORAZÓN...
7 comentarios:
Me inquieta la imagen, buen pintor.
A todas nos gusta ser un poco princesitas de vez en cuando.
Decidido:
Te linqueo en mi blog
No deja de sonar como un vil cuento. Las princesas que conozco, màs que príncipes, buscan algo de acción y aventura con el patán del pueblo, ese que no tiene castillos ni vestidos, pero tiene adrenalina de sobra, para compartir con alguna princesa despistada, que probablemente acabará llorando tremendas lágrimas desde su torre, mientras observa cómo su arriesgado hombre se va, llevando en brazos a otra damisela de moral más relajada.
Me gustan tus crónicas chilangas. Parece que tienes buen ojo, no sólo para hacernos ver lo que es obvio, sino para poder encontrarle el "lado amable" a todo eso..
saludos topo
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www.radioalternativo.com
leyre: sí, es una imagen que expresa demasiado dolor vdd?
álvaro: gracias !!! ;-)
topo: es vdd, la "adrenalina" y la "moral relajada" son verdad y el cuento... también...
anónimo: ¿con que eres de www.radioalternativo.com? ja! te visitaré por ahí ;-)
Hay tantos cuentos infantiles que incluso de niña me parecían tristes... Afortunadamente, siempre acaban teniendo un final feliz. Aunque a la pobre Blancanieves la quisieran matar y la dejaran abandonada en el bosque; aunque a la Cenicienta la tuviesen como a una esclava... Al final el buen corazón siempre triunfa en los cuentos.
Por eso me parece que esa es la única meta que debemos seguir todos como personas: tener un gran corazón. Lo demás, ya llegará con el tiempo.
Demasiado...cursi? alegre? no sé, pero eso de las princesas y cuentos y bla bla bla no me simpatiza o tal vez no tengo UN GRAN CORAZON, who knows. La imagen esta genial, me encanta.
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