Que si te haces una limpia, que si llueve sobre mojado, que si es una racha de mala suerte, que qué quiere Dios, que es la mala vibra, y un largo etcétera...
Todo empezó el día que nací -¡ja!, no es cierto es broma-, pero sí tal vez hace una año... Siempre había tenido buena suerte y podría decir que bastaba decir quiero para que en ese instante mis deseos se hicieran realidad.
Ya no. Primero la universidad... (sin comentarios, un año de vacaciones quasi obligatorias...), a los pocos meses un asuntillo por ahí se retrasaba unos seis meses, luego otros seis meses y finalmente -al parecer- se aplazó para siempre...
Después qué tal materia y tal profe. Luego que pierdo el celular y no se ni dónde lo dejé. Así he experimentado la maravilla de no ser localizable y tampoco localizar a nadie.
Nunca había chocado en mi vida (y eso que soy bastante cafre), pues un buen día choqué de la manera más estúpida imaginable. Y el seguro a pesar de que yo dije que había sido mi culpa y me hice responsable de todo, no quiso pagarle al señor contra el que choqué y luego querían que fuera a declarar a la delegación (¡olvídenlo!, ¡qué flojera!)
Total que la racha se iba aumentando. En un valet me robaron una buena lana y ya no recuperé nada.
Y ayer por la noche algún personaje bastante astuto decidió robarse las cuatro llantas de mi coche. ¡Claro! Inteligente y bien hecho el "fulano" aquél. ¿Lo pueden creer? Tuvo toda la noche para robarse cuatro llantas de mi flamante coche -al que quiero y me duele ver sin sus cuatro llantitas- , y sin que nadie se diera cuenta.
¿Los polis seguro estaban dormidos? No lo se, no quiero asegurar nada. La cosa es que en medio de todo esto trato de no perder el sentido del humor. Vi el coche y mi reacción fue una sonrisa. ¡Vaya cosa!, una misión imposible para el seguro que tanto me dijeron que era una maravilla.
¡Qué no cubren robos parciales! ¿Sólo cubren robos totales? ¿Y entonces para qué fregados quiero un seguro de coche? ¿Qué además de todo tengo que pagar yo la grúa? Pues déjenme decirlo, son unos buenos para nada o yo soy demasiado confiada.
Y qué quieren que haga. Ahora resulta que tendré que ponerle una calcomanía al coche que diga: "Querido ladrón, si quieres robarte las llantas, los espejos o el estéreo, hazme un favor. Llévate mejor todo el coche, me haces un favor"
Bola de incompetentes, truanes y estafadores. Estoy muy enojada y no digo aquí el nombre de la aseguradora sólo porque no es el lugar. Pero eso sí, no me ha servido de nada el seguro y no creo que en el futuro mejoren las cosas. Ya decía yo que para qué fregados quería un seguro de autos.
Y pues nada. Ahora estoy sin celular, sin dinero, sin coche y sin lo más importante -casi- que había deseado toda la vida. Y lo peor es que van siendo cosas que se me van de las manos y no dependen de mi. ¿Será que no estoy acostumbrada? No lo se....
Tal vez tenga que convertirme en Franciscana (jaja) Así no tengo nada y no duele cuando lo pierdes. ¡Qué viva san Francisco de Asis y qué muera el capitalismo!
jajajajaja