sábado, agosto 23, 2008

Y sentí miedo...

Once upon a time a little girl was living in this forest...
.
Se llamaba Pauline, de cabellos largos-negros-rizados y ojos azules, encantaba a cualquier transeunte. Había quedado huérfana. Cinco otoños llevaba cuidando de su abuela, una anciana encorbada, de gris y gruesa cabellera y voz profunda. ¿Voz profunda?, quizá no le quedaba nada... Hablaba en secreto.
.
Y así, un día calló. Sus labios dejaron de moverse y sus manos se volvieron frías y duras. Una lágrima de cristál resbaló por las mejillas de Pauline y su garganta se cerró. Contenía un grito de dolor.
.
Abrazando el viejo medallón de la abuela llegó al lugar de las vacas, tomó un buen trago de leche caliente recién ordeñada y se internó en el bosque. Los aldeanos la buscaron noches enteras y nunca la encontraron.
.
Dicen que en días de luna llena se le escucha cantar al meterse el sol. El bosque respira con su voz y la luz de la luna. Los árboles mueven sus raíces para acompañarla, el viento y las hojas bailan con los duendes y las hadas iluminan su camino.
.
Nadie se atreve a internarse en el bosque en días de luna llena. Ninguno que se haya perdido hasta meterse el sol es capaz de contar las cosas que ve y escucha en aquél lugar...
.
Pero los niños que entran y no cantan pierden la inocencia, dejan de creer en los cuentos de hadas y fruncen el seño con incredulidad. Y un hada muere y Pauline llora con más fuerza en la noche.
.
Dicen que es por la abuela. Una vieja cascarrabias, grumpy granny la solían llamar...
.
Por eso, al caminar sola en el bosque y cuando el sol ilumina de frente toda la cara de la luna, siento miedo y me pongo a tararear este "himno a la esperanza".

No hay comentarios.: