Aquella tarde de cotidiana aburrición laboral se prolongó conversando con una colega. Casi una amiga diríamos. Llegados a un cierto punto, ella le dijo, con cierto tono de normalidad, como para quitarle importancia, que la habían difamado.
"Seguramente", pensó su colega, "no será nada serio, pues con ese tono desenfadado, no puede ser nada serio". No es que fuera un chisme ni mucho menos. Era simplemente que uno iba diciendo cosas por ahí, cosas de ella que no eran ciertas y eso –"grrrr!", gruñía ella, como para darle énfasis a su enojo, -la hacía rabiar.
Luego, como para cumplir con la costumbre, lanzó la esperada pregunta: "¿Qué hago?". Colega o no había que dar una opinión, es la costumbre y nadie quiere quedar como idiota ante el SOS sentimental. Una respuesta había que dar, aunque si, a decir verdad, por esos días no tenía excedente de neuronas. Y bueno, bajo la presión de las circunstancias dio su opinión.
Han pasado unas horas y una rara chispa de lucidez se ha hecho presente. Es así, debía haberlo pensado antes, tenía que haberlo captado al vuelo. En toda aquella conversación y en la subsiguiente opinión, había un agujero nebuloso.
Pero, vamos, para no dejar todo en oscuridad, digamos de una vez en qué consistía la susodicha difamación: Resulta que Merngana se había enterado por Sutana, que Fulana le había dicho que Perengano había comentado que Mengana lo había llamado para decirle una cosa cierta. Pero falso es que Mengana hubiese hablado con Perengano. Y eso -¡grrrr!, la enojaba-. Cabe repetir, sin embargo, que todo esto no era chisme, ni de cerca. Era un clamoroso caso de difamación. "Pero, ¿era esto así?", se preguntaba.
Con lucidez o sin ella, había caído en la cuenta que si fuera periodista de prestigio no se hubiese dejado engañar tan fácilmente. Pero no lo era, y sólo horas después se dio cuenta de que había formulado un cauce de acción, omitiendo un paso que no se debe omitir jamás: la comprobación de los hechos. ¿Había sido todo como decía Sutana? ¿En verdad Fulana había dicho esto o aquello? ¿Es cierto que Perengano comentó aquello?
La respuesta se le quedó en el aire. Y quizás no valga la pena averiguarlo, pues como le dijo su colega desenfadadamente, "este es un tema de cero importancia".
ps espero no me mates por postear esto :-)
5 comentarios:
nice, espero la colega no se enoje jajajaja!!! oie, en el primer mengana tienes una "r" de mas.
te mando un beso, se borro tooooodo lo que habia puesto, y me choca escribir dos veces, por que el primero siempre es con toda la emocion. mmm te mando un besote. cuidate mucho
Gracias querida editora !!!, jaja
q pena q se borró caray!
ya me lo contarás de viva voz ;-)
1bsot
¡Ándale!
Yo quiero todo el chisme completo, o en su defecto la difamación...
¡Saludos!
No puedo creer que fulana diga eso!!!
;-)
saludos
bueno, a fulana no eh!!
Hay que insistir en algo de todos sabido: "la difamación es inaceptable", sea cual fuere su móvil.
Cuando se ha difamado a alguien lo menos que se puede hacer es resarcir el mal hecho, hablando con la verdad, porque con el prestigio de las personas no se juega.
De modo que Mengana puede estar tranquila ya que ella ha hablado con la verdad.
Y quienes no lo han hecho... qué esperan... Nunca es tarde para empezar.
Con el cariño de siempre de Patricia.
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