Esta libreta se tiene que terminar. Tiene sus hojas buenas y sus hojas malas. La mayoría con tachones y remiendos. Salpicada de sentimientos y pensamientos tan diversos, que de no conocer a su autora juraría está loca. Pero el loco soy yo, que me entretengo, danzando y gozando con esos trazos titubeantes. Es una caligrafía tan escarpada que estoy casi seguro toda se ha escrito al capricho del viento, el frío y el calor. Y otras tantas bajo la lluvia, con lápices de todos colores; generalmente mal afilados, con tendencia a los grises y sin borrar nada. Es por aquella absurda idea de retomar capítulos, ver lo que fue o podría haber sido. De hojas ásperas y amarillentas, tostadas por el sol y ondulas por la lluvia. ¿Quién será ese Sol que la alumbra?
Son los países, no las personas
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Liébano Sáenz La manera como se gobierna y se toman decisiones genera la
ficción de que los actores relevantes son o encarnan el país que
representan; impo...
Hace 2 horas.
2 comentarios:
nunca te deshagas de esas libretas.
te arrepentirás.
aún las conservo..., creo son 8..., una por cada año..., jaja
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