Lo recuerdo en el jardín jugando con las gotas de agua que deja el rocío cada mañana. Corría con los pies sucios y descalzo a los brazos de su madre. Ella le alborotaba el flequillo y le daba un par de besos en cada mejilla. Una mirada pispireta lo delataba, era el consentido.
Después trepaba a la casa del árbol donde en una vieja caja de zapatos guardaba un par de cascarones de avestruz coloreados de rosa, amarillo, verde, y todos colores. El azul le gustaba especialmente, le recordaba al sitio de aire fresco a donde se había marchado a vivir el abuelo.
Pasaron los años y lo vi volver. Despojado de deseos, atemorizado y con la mirada un poco perdida. Quise abrazarlo, pero una sobredósis de realismo lo había envenenado. Se olvidó del romanticismo y perdió la ilusión. Ahora no se sorprende por las cosas que antes le robaban el corazón.
I'm on my knees looking for the answer...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario