Después de una clase de reglas sobre el uso de la "g" y la "j" me llamó a su escritorio. Ella es experta en lenguaje y redacción. Me dijo que soy buena, que tengo talento, que puedo llegar lejos, pero que tengo un gran problema.
-Redactas muy mal.
Gracias a Dios he desarrollado cierta tolerancia a la frustración, pero estuve a dos de sentarme a llorar porque descubrí que hago mal una de las cosas que más disfruto en esta vida: escribir.
Y me contó una anécdota:
Cuando era profesora de una escuela pública le daba clases a niños muy pobres. Había uno muy inteligente, se llamaba Hugo. Decidí llamar a su mamá para decirle que su hijo tenía un gran talento. La madre no entendió muy bien y quedó bastante indiferente con la noticia; entonces tuve que decirle que le había entregado una maleta con 5 mil dólares, que había dos opciones: o aprovechaba eso y lo invertía, o lo tiraba a la basura. Así es su hijo; si quiere puede llegar muy lejos, si no, será un excelente ladrón porque listo es. Y usted no podrá decir es qué nadie le dijo. Ya lo sabe.
- Así tú. Ya lo sabes. Tienes talento y eres muy buena, pero tienes que aprender a redactar. Cuando te leo me atrapan tus ideas, pero me distrae tu mala redacción. Si quieres puedes llegar muy lejos y no puedes decir que nadie te dijo. De aquí para adelante lo que tú hagas depende de tí.
Le dije que me enseñara a redactar que quería aprender. Me gusta.
(Lo cuento porque seguro a más de uno servirán estos consejos, y a mi de catarsis y desahogo, jaja)
1. Sabes lo que hay que decir, el ángulo, la nota, escribe como se te vengan las ideas.
2. Déjalo reposar, ve a otras cosas y después regresa al texto.
3. Dale una primera leída y corrige faltas de ortografía.
4. Después vuelve a leerlo y jerarquiza, dale estructura.
5. Reflexiona.
Terminó diciéndome que soy buena y que por eso estoy allí. No puedo decir que me sentí bien, me sentí fatal, pero como bien me aconsejó el primer paso para superar nuestros errores es reconocer que los tenemos.
Muchas gracias, es de las mejores cosas que me han dicho este año. Ahora sé por dónde trabajar ;-)
-Redactas muy mal.
Gracias a Dios he desarrollado cierta tolerancia a la frustración, pero estuve a dos de sentarme a llorar porque descubrí que hago mal una de las cosas que más disfruto en esta vida: escribir.
Y me contó una anécdota:
Cuando era profesora de una escuela pública le daba clases a niños muy pobres. Había uno muy inteligente, se llamaba Hugo. Decidí llamar a su mamá para decirle que su hijo tenía un gran talento. La madre no entendió muy bien y quedó bastante indiferente con la noticia; entonces tuve que decirle que le había entregado una maleta con 5 mil dólares, que había dos opciones: o aprovechaba eso y lo invertía, o lo tiraba a la basura. Así es su hijo; si quiere puede llegar muy lejos, si no, será un excelente ladrón porque listo es. Y usted no podrá decir es qué nadie le dijo. Ya lo sabe.
- Así tú. Ya lo sabes. Tienes talento y eres muy buena, pero tienes que aprender a redactar. Cuando te leo me atrapan tus ideas, pero me distrae tu mala redacción. Si quieres puedes llegar muy lejos y no puedes decir que nadie te dijo. De aquí para adelante lo que tú hagas depende de tí.
Le dije que me enseñara a redactar que quería aprender. Me gusta.
(Lo cuento porque seguro a más de uno servirán estos consejos, y a mi de catarsis y desahogo, jaja)
1. Sabes lo que hay que decir, el ángulo, la nota, escribe como se te vengan las ideas.
2. Déjalo reposar, ve a otras cosas y después regresa al texto.
3. Dale una primera leída y corrige faltas de ortografía.
4. Después vuelve a leerlo y jerarquiza, dale estructura.
5. Reflexiona.
Terminó diciéndome que soy buena y que por eso estoy allí. No puedo decir que me sentí bien, me sentí fatal, pero como bien me aconsejó el primer paso para superar nuestros errores es reconocer que los tenemos.
Muchas gracias, es de las mejores cosas que me han dicho este año. Ahora sé por dónde trabajar ;-)