Lo escribió hace tiempo "alguien" que conozco mientras pensaba en la persona que más había querido en toda su vida. Lo copio y ella lo sabe. Todavía no se casa, pero -al parecer- está por hacerlo...
Me dijiste que no existía para ti… Increíble pero me dolió. Tu sí existes para mi, nunca dejaste de existir. El otro día me entraron unas ganas locas de verte. Pensé en ti, quería platicar contigo.
Estás al límite de tu oportunidad dentro de lo “lícitamente correcto”…¿Por qué nunca lo has intentado? No sé si agradecértelo o reprochártelo. No sé si ha sido para hacérmelo más fácil, por respeto y amor, o por simple cobardía.
No sé si son días o meses, pero tu tiempo está por terminar. Y ni siquiera te apareces para decirnos adiós. El último quizá, o el primero en realidad.
Es triste la despedida. El fuerte abrazo entre tus brazos y el tierno beso que me dabas me persiguen como fantasmas; el tiempo no logrará nunca borrar su imagen. Todavía te siento detrás de mi susurrándome al oído palabras que nunca escuché.
Tus brazos rodeando mi cintura, juntos tu y yo. Ni el aire se interponía entre nosotros. Tu beso en mi cuello… y todo se esfumó.
Lo quise yo. Lo decidí yo. Pero tu lo secundaste, tu lo permitiste. No me pusiste un alto y te extrañé.
Te dejé. Pensé y pienso que era y es lo mejor.
Nací para volar con otras alas, con otros sueños, con otros horizontes. Mi amor va más allá de ti; está en otro y sólo en él se sacia.
Aún así tengo la espinilla clavada de que no te quedaste nada contento. Sentí que tu amor se transformaba en odio y en desprecio. ¡Perdóname si te hice daño!