Así es cada día. Antes de que salga el sol, ese despertador rojo ya está sonando una y otra vez. Ella lo pone minutos antes, para engañarse un poco y sentir que duerme más. A las 5:00 am en punto está lista para echarse un buen regaderazo de agua fría. Y a las 5:30 ya está trotando entre los árboles de aquel lugar.
A las 6:00 todos desayunan ligero, vienen después los ejercicios de relajación y una jornada dura de brincos, lagartijas, sentadillas, piruetas y estiramientos.
Nadie imagina el esfuerzo escondido detrás de la esperada noche de glamour. El día comenzó como habitualmente lo hace, pero pasado el momento de la comida –que fue un delicioso jugo de naranja y una ensalada fresca de atún- comienzan todos los preparativos.
Primero ese vestuario que delínea perfectamente su figura y la deja moverse a su antojo. Luego a estirarse para calentar los músculos y relajarse. Se cubre entonces con una bata de toalla que la mantiene alejada del frío y se maquilla cuidadosamente. Los labios, los ojos, las cejas y pestañas. Todo queda maquillado como si se tratase de una muñeca de porcelana.
Ya frente al escenario sólo escucha los aplausos, es el sonido que más le gusta. Los reflectores no permiten que vea al público así que sabe que mientras más suenen los aplausos más lleno estará el lugar.
Las telas del escenario acarician su cuerpo y apenas se ve salir un hermoso rostro que se esconde una y otra vez, luego los brazos y las piernas hasta que aparece ella entera como deslizándose en el aire.
Es dueña de su cuerpo y sabe lo que hace, se mueve con singular firmeza y elegancia. Una vuelta y otra, y una más. Baila por todo el escenario al son de la música que la acompaña. Las expresiones de admiración se dejan escuchar cuando ella sube por aquella tela que antes la escondía. Y en lo más alto comienzan las piruetas…
Y en eso ¡no!, un golpe estremecedor seguido del silencio más largo jamás “escuchado” en el escenario se apoderó de todo el lugar.
Sofía había caído muerta en el centro del teatro. La expresión de su rostro quedó iluminada con una lágrima de dolor y terminaron por siempre sus días en el circo. Luego vinieron los demás números, los aplausos y las risas y todo siguió igual….
A las 5:00 am en punto….
5 comentarios:
Estoy en shock. Pobre Sofía. Pero seguramente tanta dedicación, constancia y esfuerzo le fueron premiadas en un lugar mucho mejor. El Cielo.
Bueno, Dandy, es un cuento... Nada de lo que escribí es real.... Pero si fuera real -y creo que sí refleja, tal vez, la vida de muchos-, seguro sería premiada en un lugar mucho mejor ;-)
Ay, la muerte. Qué triste historia. No la muerte sino la que narras. Bueno, también la muerte es una historia triste.
Pero una historia al fin.
Por eso, me refería justamente al cuento...
justo medio: este mundo está hecho de historias, tristes o no, resultan apasionantes. Ésta, es la muerte de Sofía...
am: te entendí mal !!!! perdón !!!
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