viernes, septiembre 11, 2009

Per tutte le altre destinazioni

Foto: Patzarella, Venecia 2009

Un buen día abrí los ojos y me vi acompañada por el barullo de la gente. Eran voces de todos los sitios, lenguas lejanas, incomprensibles para mi. Aunque entendí un sólo lenguaje: el de las caras sonrientes y los rostros enamorados. 

Recuerdo las callejuelas, el aroma a viejo, las pastas, los tintos. ¡El aroma a café! Un esspreso matutino y otro después de comer. Un dulce sabor amargo. Yo, Tiramisú; tú, café con leche. 

Viví perdida en el tiempo y atrapada por él. ¿Fue un sueño y ya desperté? Me queda la sensación de haber escrito a tinta y fuego un par de postales. Me queda una foto en sepia. Y busco entre mis cosas vestigios de un sueño que me confunde con la realidad.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Los sueños que dejan vestigios son muy buenos. Vivirlos no es tan común, quizás por eso dejan marca...

am dijo...

"La vida es sueño".

Néstor dijo...

...y los sueños, sueños son"