viernes, mayo 25, 2007

Luis y la plática de ayer...

- ¡Por eso se acaban las amistades! ¡Por egoistas! ¡Porque cada quién "jala agua para su molino"! ¡No es justo!

Fue el grito desesperado de una amiga en un trance de lo que algunos llaman estar agobiado...

En fin que hablábamos de "los amigos" y los verdaderos amigos cuando se acercó a nuestra mesa un niño menudo de unos 10 años, muy bien vestido y peinado, que nos dice con fuerte voz:

- Hola, buenas tardes y buen provecho. Vendo chocolates, ¿me compran uno? Uno por 10, dos por 15 y cuatro por 20. Y si tu amiga también me compra, van dos de regalo.

¡Vaya cosa! Me impresionó tanto la perfección con la que Luis recitó su venta que tuve que decirle qe lo repitiera. Idéntico. Se lo aprendió de memoria.

Luego platicamos un rato y nos dijo que por "buena conducta" lo corrieron de la escuela y que entonces vende chocolates para tener dinero para ahorrar, gastar en cualquier cosa y comprarles algo a sus papás.

- ¡Ah! ¿sí?

- Sí, los invito a comer...

Piensa regresar a clases el próximo año.

- ¿Y qué más te gusta hacer?

- Leer, leer, leer...

Y ha leido ya bastante. Moviendo sus flacos dedos comienza a dedirnos cuáles... (he de confesar que algunos ni los conocía...)

No pudimos menos que caer en la tentadora propuesta de comprar cuatro chocolates por 20 pesos y aceptar dos más de regalo (y sufrir als consecuencias.., jaja)

Luis se fue y mi amiga expresó con la misma efusividad de antes:

- ¡Claro! Mientras más grandes más egoistas. Deberíamos ser como los niños...

Y me contó de su sobrino que abrió una bolsa de panditas y le ofreció a todos los tíos antes de comer él (wow) y tiene 3 años... Ella pensó mientras tanto (- ¡¡¡Na, yo me los hubiera comido todos!!!)

(!)

4 comentarios:

Vania Ro Carpio dijo...

yo también me topé con ese niño, y también me dejó impresionada; cuando yo me lo topé iba caminando con unos compañeros, un poco agobiada y preocupada por los exámenes cuando de pronto se paró frente a nosotros y con una educación apantallante comenzó a ofrecernos sus chocolates con las mismas ofertas, y nos propuso que nos coperáramos pues éramos cinco. Nos cayó muy bien!!!!!

Unknown dijo...

A mi me parece que no sólo las amistades cualquier relación con otra persona o cosa (jeje) termina por egoísmo. Es difícil mantener una relación con alguien más, porque exige dar: tu tiempo, atención, afecto, etc. Pero mas que dar, darte. . . pensar no sólo en yo, mi me, conmigo; sino en el esposo, novio, hermano, amigo, etc. Estar para el, no como yo quiero. Darle no lo que yo quiero y cuando yo quiero, sino lo que el quiere y necesita. Eso es amistad. . . estar ahi, no es necesario verse, hablarse diario, estar pegadas como mueganos; muchas veces podrá pasar mucho tiempo sin contacto, pero sabes que ahí esta, que si le hablas por teléfono y le platicas algo sera como si la acabaras de ver ayer u hoy. . . son contados los verdaderos amigos, caben en una mano y sobran dedos. Pero le doy gracias a Dios por los que tengo ocupados. . . (q cursi, pero es vdd)

Andrea dijo...

Estaba en uno de esos días frustantes de trabajos finales. Corría de un lado a otro con la tensión en los hombros y el tiempo encima. En esos momentos olvidé todo, incluso respirar. Corría hacia Goya para concluir una edición de audio cuando Luis me detuvo: "¡Hola amiga!, se ve que tienes mucha prisa" me dijo con toda calma, "¿pero sabes qué?, nunca hay demasiada prisa para comerte un buen chocolate". El comentario verdaderamente me arrancó una sonrisa, por unos instantes caí en la cuenta de que toda frustración era estúpida, qué sencilla es la vida, como detenerte a disfrutar de un chocolate que por cierto adoro.

Al final le compré un chocolate y regresé a mis labores, no corriendo sino caminando y haciendo una reflexión. El momento me remontó a un pasaje de la novela de Michael Ende, MOMO, donde la protagonista se enfrenta con los terribles hombres grises que roban el tiempo de los demás dejando a cambio una pesada rutina y múltiples preocupaciones absurdas. Se los recomiendo mucho, podría ser una amplia explicación de la experiencia que viví esa tarde con Luis, "el pequeño Momo".

Kike dijo...

Jo, las de los niños... de campeonato. Justo hoy tocó escribir una sobre ellos en mi blog, de cuando era profe.

Hey, y Momo: ¡claro, una novela lindísima! También la recomiendo.